Real Unión Club de Irún 2 veces en las ediciones de 1913 (4 partidos), y 1918 (3 partidos). También se puso en entredicho la aparición de jugadores que tuvieron en algún momento una salida problemática del club o que jugaron en el equipo rival de la capital, el Real Madrid. No nos hacen ninguna falta los falsos bolsos de Vuitton (aún más feos que los auténticos) ni las camisetas barcelonistas propias del submarino amarillo. En 1907 se usaron por primera vez los colores azul y amarillo (azul y oro), pero con una línea amarilla en diagonal, inversamente del diseño de River Plate. Aceptemos que el diseño de esta varíe de año en año para fomentar su mercadeo pero siempre respetará su colorido blaugrana, como la selección argentina siempre vestirá albiceleste o el Juventus bianconero.
Fue el año del doblete, 1995/1996, una temporada histórica en la que el equipo resurgía tras unos años más cerca del descenso que de Europa. Darío de Arana y Urigüen, que había sido portero del Madrid hasta el año anterior, y que fue el primer capitán de la historia del equipo. Los refugiados, lógicamente, tienen total libertad para entrar y salir del centro. “Aquí -dice Ata señalando el centro y encogiéndose de hombros- no puedo”. Cuando entran a clase, acompañamos de vuelta al centro a Ata, Palusa y Osman. En un momento de la entrevista, Palusa comienza a distraer a Osman colocándole su móvil delante de la cara. Si hay un patrocinador cuya imagen está ligada a la historia de la camiseta de un club es Citroën. Se trata de la camiseta del Atlético de Madrid patrocinada por Marbella y auspiciada por Jesús Gil. Hubo una época en la que el blanco era más que el color de una camiseta.
Todas estas gestas las recordamos en azul y grana, o en dos gradaciones de gris según la época y el medio. En medio de la vorágine asiática ha aparecido una versión china del himno del Atlético de Madrid que ya se ha hecho viral. Leonardo Balerdi, joven central de Boca Juniors, está en el punto de mira del Barça para el futuro. Además, la decisión de no renovar a Fernando Amorebieta, que pedía un salario más alto, llevó a la aparición de un joven llamado Aymeric Laporte. Como casi todo lo ligado al marketing, esta absurda arbitrariedad me deprime, pero, además, no la entiendo.
Por si acaso no acaban siendo futbolistas (como sueñan), siempre les quedará la informática, su asignatura favorita en el colegio. Terminada la sesión de fotos, el padre les recuerda que tienen que ir al colegio y los acompañamos. Entonces el padre nos explica su visión de las cosas, muy sesgada por lo que ha vivido: “En Afganistán, todo el mundo trabaja para ganar dinero y quedárselo. Calle por calle, Padre Damián y Rafael Salgado son las vías más preciadas con vistas al feudo madridista. Dentro no está permitido hacer fotos por motivos obvios: algunos son refugiados políticos y por seguridad deben mantener el anonimato. He visto niños en tribus primitivas de remotos mundos con camisetas de Messi, con toda seguridad fraudulentas, pero todas ellas blaugrana. La ONG Unicef luciría en el frontal de la elástica culé en virtud del acuerdo firmado para promover proyectos humanitarios para los niños y niñas de todo el mundo.
Cuando se le intenta explicar que tampoco todo el mundo es así, lo niega con rotundidad: “Aquí la gente es muy buena”. En España, la gente trabaja para ayudar y para donar dinero”. El portugués decidió abandonar el Real Madrid tras nueve años en el club blanco y, desde el anuncio de su fichaje, revolucionó Turín. Por suerte, siempre ha habido excepciones y equipos que hacen fácil lo difícil: comprometer la hegemonía de Real Madrid o FC Barcelona. Era el Real Madrid de Di Stefano y el que conquistó su primera Copa de Europa. Era la primera vez que el club empezaría a llevar publicidad, pero detrás no estaría cualquier marca. Sueña con tener una casa lo suficientemente grande como para poder invitar a todas las personas que le han ido ayudando.