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Es el momento del paso definitivo al frente de Oblak, Koke, Giménez, Saúl y Morata, cuya irrupción desde enero ha sido más que convincente, Últimas igual que su implicación y compromiso con el Atlético. El partido de vuelta se jugó en el Vicente Calderón el 14 de enero de 2010, con un resultado de 5-1 que clasificaba al Atlético de Madrid para cuartos de final. Una vez más, los rojiblancos sacaban brillo a la estrategia aérea, penalizando así a un Madrid que debe ser más intenso cuando el rival lo requiere. El lunes había aún 4.000 por vender pero la afición rojiblanca no fallará a su equipo y según se acerca el horario del encuentro va animándose a pesar de que se anuncia una noche de lluvia.

Una fallida volea de Bale, tras un fantástico pase de Marcelo, fue, a la postre, el canto del cisne de un Madrid que muy poco después encajaría el primer tanto de la noche. En las de los 70, nada menos que tres Ligas, dos Copas y una Copa Intercontinental. Un intangible que marca las distancias entre los buenos futbolistas y aquéllos que, siéndolo, además logran manejar los partidos a su antojo. Seis partidos han bastado para ello. Hasta el momento se trata de un futbolista de jugadas más que de partidos. Los blancos tratan de llevar cada encuentro a su terreno, que es el del fútbol más académico, y tropiezan una y otra vez con el oficio de un Atleti que sabe aguardar su momento para dar el golpe definitivo.

La última renovación que firmó el defensa con el Atlético elevó su cláusula de rescisión hasta los 65 millones, una cifra acorde al rendimiento que el futbolista firmó durante los últimos cursos a orillas del río. A las dos semanas, derrotó al Racing en casa por 1 a 0, con un gol de Del Río que otorgó la victoria a los locales en el último minuto. ↑ a b «Newell’s y una cita con la victoria ante Nacional en Montevideo». Pocas ocasiones y una buena dosis de encontronazos resueltos sin demasiado acierto por Clos Gómez, que pecó de casero y acabó perdonando la roja a Arbeloa y Sergio Ramos cuando el encuentro estaba ya en plena ebullición. Su lectura del encuentro fue cuanto menos errática, naufragando en los cambios cuando su equipo reclamaba un golpe de timón.

Pero el encuentro estuvo marcado, sobre todo, por la polémica entrada de Goikoetxea a Diego Armando Maradona, que dejó al argentino fuera de combate durante tres meses. En cualquier caso, el Atlético siempre está ahí, entre la élite europea, y eso era algo que no sucedía hace una década, ni dos, ni tres. En la década de los 60, a las vitrinas rojiblancas llegaron una Liga, tres Copas y una Recopa. Una representación que aún podría ser más abultada si Juanfran y Filipe no hubieran caído lesionados y se hubieran tenido que quedar en Madrid, limitando por otra parte las opciones defensivas de su equipo.

El único culpable de que el marcador no se moviese fue David de Gea, el joven guardameta del Atlético que hizo una actuación formidable, parando todo lo parable y exhibiendo sus reflejos. El Atlético de Madrid ha tenido una oportunidad de oro para dar la vuelta al marcador. Sin embargo, las de Antonio Contreras se olvidaron de la clasificación y se entregaron a una presión alta que puso en evidencia la salida de balón de las colchoneras. La jerarquía es una de las características a las que suele aludir Diego Pablo Simeone cuando tiene que definir a jugadores importantes. Además, el Atlético de Simeone se ha atrevido a discutir el bipartidismo en territorio nacional, algo que parecía una quimera. Y eso que los locales cuentan en su filas con dos vigentes campeones del mundo, como Mertesacker y Ozil, o con Cech, que conquistó una Champions y una Europa League durante sus años de hegemonía en la portería del Chelsea.